Hay muchos que ya deben haber leído este relato vía mail. Pero quién todavía no lo hizo esta invitado a sentarse cómodo, abrir una cervecita fría y relajarse. Lo que estan a punto de leer puede ser muy estresante y no tengo dudas de que puede agotar al lector.
* Primera prueba:
tener todo listo y lograr salir a las 17hs
El lunes fue un día...díficil.
Por suerte mi mamá estaba al pie del cañon y se morfo todas mis locuras. Me
despedí de compañerito de trabajo (el nuevo candidato-no-novio-todavia) a las
7:30 de la mañana desde el anden de acasusso: cómo si fuera una película más,
el se subió al tren para ir a trabajar y yo me quede llorando en la estación.
El drama en su expresión máxima... Yo había dormido dentro de todo bien porque
el domingo a la noche caí rendida del agotamiento pero igual me desperte cansada.
Por suerte llegué a mi casa post-despedida-dramática y después de un ratito
terminando de ordenar me pude volver a dormir. Llegó mama cerca de las 10 lista
para hacer de heroína y ayudarme todo el dia (no se que hubiera hecho sin
mama!!) y ahi empezo el rally:
1. Ordenar toooodo el
depto: cargar la valija, la ropa que faltaba planchar y guardar en la valija; la ropa/sabanas/toallas que faltaban lavar, planchar y guardar en la valija;
las cajas con cosas mías; las bolsas con cosas de mama; las botellas.. en fin..
de todo para subir al auto. Mamá preguntó: -"tenes todos los papeles...?
pasaje, pasaporte, tarjeta de crédito...?"- a lo que respondí que sí y le
mostré mi carpetita negra de viaje. La carpetita que me habían dado en el
congreso de Santa Fe el año pasado. Una carpetita super prolija que tenía
preparada desde hace semanas y que lo último que había agregado era los dolares
que yo había sacado la semana pasada. Todo super prolijo.
2. Pasar por la joyería a ver si cambiaba un regalo por un reloj. No sucedió porque
la joyeria no vendia relojes.
3. Volver al depto a
buscar el mate: asi es, mama volvió a subir hasta bsucar el mate mientras yo la
esperaba en el auto.
4. Ir a Movistar a
cambiar el plan para el tiempo del viaje
5. 11:30hs: Mama se
fue a llevar las cosas al laverap - yo me quede en san isidro y fui al Kodak a
imprimir fotos de mi flia para llevarme al viaje.
6. Ir a tribunales a
buscar una bandeja que me había dejado y era para mis inquilinos. En realidad
la bandeja me doy cuenta que no importaba tanto como volver a verlo una vez más a mi compañerito de trabajo...
nos encontramos en un 5to piso para yo darle un ultimo regalito y el darme la
bandeja. Prometí no llorar. Bue... no resultó. Él se olvidó la
bandeja arriba y yo no pude contener las lagrimas otra vez. Fue un último beso
de despedida muy a las apuradas...
7. Pasar por la
farmacia.
8. 13.30hs; Me buscó
mi tía para ir a lo de mamá a almorzar y terminar la valija. Almuerzo con mi hermano, su novia, mi tía y mi mamá.
9. 14.30hs: terminar
la valija!!! terminar de guardar tooodoooo!!!
10. 16.00hs: turno
con la depiladora. a la media hora me buscó mamá y fuimos a su casa. Ahí ya
estaban todos listos para salir.
17hs: salimos rumbo a Ezeiza. Yo: agotada. Mamá supongo que también!!!!
--> Prueba
superada.
*Segunda prueba: el
pasaporte
Hasta ahí, más allá de
mi llanto constante, a lo largo del día iba todo bien. Había logrado terminar
todo en tiempo y forma lo cual era sumamente admirable teniendo en cuenta
mi inestabilidad emocional de los últimos días (ja).
Yo lagrimeaba pero era un buen momento. La llamamos a mi hermana menor desde el auto,
ibamos charlando, jorobando.
Papá insistió con mis
papeles por 2da vez en el día: tenes todo? el pasaporte vigente, la visa...? La
tarjeta de crédito? A lo que respondí, otra vez usando el mismo tono de "oooobvio
que siiii papaaaaaa que incha que soosssss" que si, que estaba casi
segura que la tarjeta de credito estaba pero que de ultima nos enterabamos en
ezeiza si me la había olvidado.
"-no esperes
hasta ezeiza. Controla todo AHORA".-dijo mi papá.
Ok. Hago lo que diga Ud, papuchuchuchu.
Abro la carpetita y
estaba todo ahí super prolijo como desde hace días. El pasaporte, la tarjeta de
credito, la tarjeta de estudiante de la UBA, la tarjeta de OSDE, la plata, el
papel de los pasajes, la carta de la UBA con al resolucion... etc. etc.
Como quien quiere la
cosa, abro el pasaporte.
Ahí estaba el
momento dramático.
El momento en que uno
dice "estas cosas a mi NO me pasan y le pasan siempre a otro".
El momento en donde
te sentis la persona más idiota del universo.
El momento en donde
queres desaparecer de la tierra.
....EL PASAPORTE
QUE YO TENIA ERA EL VIEJO. EL VENCIDO. EL QUE NO TENÍA NINGUNA VISA DE
NADA. Lo había guardado mal.
Así como leen. Yo no
podía viajar, señoras y señores.
Ataque de pánico ahí
mismo.
Ni siquiera de lagrimas:
de shock. De enojo. De estress.
No tenía idea donde
podía estar. Empece a divagar: existió este pasaporte? sí, existió. Lo fui a
buscar a HLD cuando me lo mandó la embajada de usa? Sí, lo busque. Lo saque de
casa? Sí en un momento estuvo en lo de mamá xq mis hermanos lo habían
escaneado.
-"Debe haber
quedado ahi" pense. Lo que era totalmente ridiculo porque en realidad
ellos me habían escaneado el pasaporte para que yo pudiera mandar los papeles
necesarios para la visa, que después hice y después busque.. pero bueno, en ese
momento se mezclaron los tiempos, la cronologia se me torció y era la única opción que se me ocurría.
Eran las
17:45hs. Dimos la vuelta rumbo a san isidro y llamamos a mi hermano para que
empezaran a buscar entre las cosas de mamá y papá a ver si había quedado ahi.
Mi hermano, mi cuñada y la chica que trabaja en casa dieron vuelta la casa. No
aparecía.
Mamá estaba al grito
de "Sophie iluminanos, abrinos los ojos para que podamos ver. Sophie
ayudanos a encontrar este pasaporte. Tiene que aparecer".
Mi prima, en voz baja
me tranquilizaba y me decía que tenía que aparecer. Estaba segura de que iba a
aparecer.
Papá, en silencio,
manejaba lo más rápido que podía pero el trafico estaba imposible pro al general
paz.
Yo... lloraba.
Puteaba. Gruñia: "este viaje es una mierda. Listo, no viajo. no viajo
una mierda. Ya esta, no voy".
Estabamos todos
esperando que nos avisaran que había aparecido. Pero no. Mi hermano no
llamaba.
Empezamos a
desesperarnos. Todos.
Se nos ocurrió que
quizás había quedado en mi depto.. era obvio que no porque con mamá a las 11.30
am habíamos dejado todo totalmente limpio y vacio, listo para los inquilinos.
Pero en esos momentos uno busca hasta en los lugares más insólitos. De
hecho, gonzalo hasta abrió la heladera y mi papá reviso cada uno de los
bolsillos de sus trajes pensando que quizás podía estar ahí. Mi hermano, mi cuñada y yo
fuimos en auto hasta mi departamento mientras mis papas, mi prima, Ada (la chica
de casa) y mi hermanita revisaban toda la casa de mis viejos. Había que abrir todas
las cajas en donde mis cosas habían quedado embaladas. Era una misión
imposible. Empecé a pedirle a los que rezaban que le pidieran encomendaran la
búsqueda a algún santo....
Eran las 18:00hs y
nada. 18:15 y nada. 18:30 y nada.
Volvimos de mi departamento hasta lo de mis papás y cuando estamos entrando el auto, en la puerta suena el
teléfono. Llegamos y la veo a mi prima saltando y a mamá corriendo desde la
entrada junto con mi hermana y papá: el pasaporte estaba.
Nos subimos al auto.
Salimos para Ezeiza otra vez. Segun mamá, Sophita mi prima desde el cielo había ayudado: había encontrado el pasarporte
y la había usado a mechita de instrumento. Segun Mechita ella era una genia que
había podido identificar que la carpetita negra super prolija de mi congreso de
santa fe tenia el mismo logo que un bolsito gris en donde apareció el
pasaporte. Segun Clari todos tenian razón.
Yo estaba tan
histérica que mamá se subió atrás conmigo para ir calmándome.
Me abrazo y… yo rompí
en llanto. Como una beba. Llanto desconsolado, de desahogo y de liberación pero
a la vez de cansancio. Estaba liberando toooooda la tensión de esa última hora.
Un horror.
Y mientras yo
lloraba, mi papá trataba de hacer magia para llegar a Ezeiza antes de que
terminara el horario para el check in.
Por suerte mis amigas
del alma ya estaban en Ezeiza, listas para despedirme, y se habían ocupado de
avisar a la gente de United que yo iba en camino. Y por suerte también había
relativamente poco tráfico y pudimos ir ligero hasta el aeropuerto.
A las 7:45 estaba
bajándome del auto, con las valijas y los bolsos y los mil bártulos.
--> Prueba
superada!!!
*Tercer prueba:
despachar las valijas y subir al avión.
Una vez que llegué al
mostrador tocaba el siguiente desafío: lograr despachar las valijas sin tener
que pagar sobrepeso… bue, resulta que no todo era tan fácil. Ahí estaba yo,
muerta de nervios, con los ojos hinchados de tanto llorar, con el pelo transpirado
del estrés y los mil bartulos.
La subo a la
balanza.. y daba 29kg en vez de los 23 que tenía que pesar. Lo mire al empleado
de United con ojos de pollito mojado. Le explique que iba a abrir la valija y
pasar cosas al bolso de mano. Con la ayuda de mi hermana y mi prima logre
mágicamente sacar 4kg y pasarlos al bolso azul….la balanza daba 25kg. El tipo
dio el ok y la valija pasó.
Una vez despachada
nos fuimos a tomar algo. Todos necesitábamos decantar el estrés que habíamos
pasado. Cervecita y coca cola para todo el mundo. 20 minutos después llegó el
momento de la despedida. Abrazos, un par de lagrimas y pasar a migraciones.
Todo salió perfecto.
A las 21:30 estaba
arriba del avión, despegando.
--> Prueba
superada!!!
*Cuarta prueba:
Hacer la conexión con Austin.
Antes de las 6 me
desperté con el desayuno. Había podido dormir toda la noche aunque tenía una
contractura tremenda. A las 6:30am estábamos aterrizando en Houston. Yo
asumí que la compañía tenía los horarios programados teniendo en cuenta los
tiempos que lleva entrar a EEUU y que por eso yo no iba a tener problemas.
Error.
Resulta que no.
Tardé años en bajarme
del avión no-se-por-que.
6.40hs. empiezo la
fila de migraciones. Migraciones tardó siglos.
6.55hs: Cuando
terminé ahí hubo que caminar hasta la punta del aeropuerto para buscar la
valija.
7.05hs: Después,
hacer una nueva fila eterna para pasar Aduana y despachar la valija para que la
subieran a mi avión. Yo estaba a esta altura, totalmente estresada y
transpirada otra vez más.
7.10: Logré dejarla
valija y de ahí caminar para el otro lado, hasta otra punta, para hacer el
control de seguridad.
7. 15hs: Una vez que
pasé el control me dicen que busque en la pantalla la “gate” para subir a mi
avión. Yo estaba en la terminal A. Si hubiera volado en esa terminal llegaba…
pero no. Resulta que tenía que ir a la terminal B y para eso había que subir 2
escaleras, atravesar un pasillo y tomar un tren.
Me bajé del tren y
eran las 7:19. Tenía 9 minutos para llegar a la puerta exacta. Ahora dependía
de cuán lejos estaba la Gate B-22.
Bueno… resulta que
muy, muy lejos. A esta altura yo ya me había dado cuenta que el aeropuerto de
Houston es gigantesco.
La imagen era la de
una flaquita corriendo toda transpirada cargando una cantidad de bartulos que
acumulados eran casi más grandes que ella. Ridículo. Y sobre todo, ridículo
porque mi corrida era torpe y lenta por culpa de todo ese peso que mis pobres
hombros estaban intentando soportar: cartera a punto de explotar, que a su vez
tenía atada una camisa azul; un maletín para transportar la computadora y una
carpeta, un par de libros, un par de cuadernos, un par de boludeces más , que a
su vez tenía enganchado el tapado beige de invierno y además el bolso de
mano que gigantesco de más de 6kgs, ya que al momento de despachar la valija ya
dije que hubo que sacar todos los kg de más que tenía…los 4kg fueron a parar al
bolso que en ese momento yo cargaba mientras intentaba correr.
En fin, ahí estaba
yo, corriendo mientras cada 3 pasos miraba el celular, como para confirmar que
era una misión imposible llegar. Yo iba siguiendo los cartelitos que indicaban las gates. Daba una vuelta y
aparecía un pasillo todavía más largo. Era desesperante. Mi estado físico es
terrible y en esos momentos queda en evidencia. No me daba el aire. (Obvio que
en esos momentos una piensa que apenas empiece el semestre va a empezar
gimnasio… después queda solo en la idea).
7:28 llegué a la gate
22.
Estaba cerrada. Era
muy tarde. Una escena de película otra vez (a esta altura ya el temita cine me
estaba agotando. La despedida en el andén te la tomo, la adrenalina del
pasaporte y la llegada a Ezeiza ya me habían agotado pero bue, era un buen
cuento pero la 3er escena dramática en 2 días ya me superaba)
Apareció una empleada
de United. La pobre no tenía idea lo que le estaba por tocar. Empecé a rogarle
que me abriera la puerta, que yo tenía que subirme sí o sí, que mis valijas
estaban ahí que bla bla bla. Obviamente yo.. lloraba. Desconsolada.
Al pedo. No conseguí
nada. La valija no había llegado al avión y yo tampoco.
La señora me
tranquilizó y me aclaró que tanto la valija como yo íbamos en el siguiente
vuelo y que el avión salía a las 10. Tanía tiempo de ir a tomarme un café y
pasar por el baño. Al final, resultó un buen momento. A las 9 subí a mi avión y
a las 9:40am ya estaba en Austin.
--> Prueba superada!!!
Quinta prueba: llegar
a mi departamento “the Quarters”
En teoría, si yo
lograba subirme a mi conexión hubiera llegado a Austin a las 8:22am. En ese
momento estaba esperándome Chris, un chico que es parte de una organización que
se llama Planet Longhorn que se ocupa de recibir a los estudiantes extranjeros
de Austin.
Resulta que yo nunca
llegue. Y el buen muchacho se fue.
Así que el nuevo
desafío era lograr llegar a mi departamento. Obviamente que a esta altura del
partido lo lógico era pagar un taxi y dejarme de joder peeeero no. Di un par de
vueltas buscando información e intentando encontrar algo que no tenía muy en
claro que era. Hasta que la vi…!
Era una chica joven,
claramente una estudiante, que tenía un cartel de “welcome muhhamad” o algo
así. Supuse que era de la organización Planet Longhorn y me tire el
lance. Me acerque y le pregunte cómo hacía yo para llegar a UT (mi
universidad). Le conté lo que me había pasado y ella no solo conocía la
organización sino que además resultó ser la vicepresidenta!!! Asi que se
ofreció a llevarme sin ningún problema. Hubo que esperar como una hora: primero
esperar al chico que ella había ido a buscar y después esperar a las valijas
del muchacho que nunca llegaron. Salimos del aeropuerto y recién cuando el
calor me aplastó tomé completa conciencia de que ya no estaba en mi país. Hace
un calor agobiante… es terrible.
La chica me dejó en
la puerta del departamento. Me mira y me pregunta por la llave.
No la tengo,
obviamente.
Resulta que iba a estar una persona esperándome en la puerta
conforme los horarios que había anunciado yo via mail. Yo no llegue y ahora la
persona (Kristen) no estaba.
Nueva imagen para el
recuerdo: Claricienta con todas sus valijas, vestida con calzas y borcegos con
30 grados de calor sola en la puerta de un edificio en el medio del West Campus
de Austin, Texas.
Me quería morir
muerta.
La odisea de llegar a
mi departamento no terminaba más....
12 del mediodía. Un sol que
rajaba la tierra.
Yo, vestida de invierno y con mil bártulos estaba ahí paradita
con cara de “no-doy-más”.
Cassia, la chica que me había llevado
del aeropuerto se había ido. Tenía que buscar a otros extranjeros. Me había
dejado con una pena terrible y un poco de culpa pero… me había dejado al fin y
al cabo.
Resulta que yo estaba un estado de
inestabilidad tal que por momentos me invadía una desesperación capaz de
hacerme creer que me iba a morir en la puerta del edificio y dos minutos
después yo dejaba de llorar, respiraba hondo y juraba que todo iba a salir
bien. Tenía que lograr contactar a Kristen que era la chica que se había
ocupado de mi alquiler. Para abrir la puerta del edificio había que pasar una
tarjeta (es como abrir un cajero automático de noche) y una vez abierta la
puerta lo único que había en el hall era un ascensor.
No tenía batería en mi teléfono. Tenía batería
en mi computadora pero no había wi-fi como para mandarle un mail a Kristen. De
pronto entró un chico al edificio y me dejó pasar. Por lo menos estaba adentro,
esperando con aire acondicionado. No tenía idea sobre cuál era mi cuarto pero
era mejor esperar adentro que en la vereda. Le explique que era una estudiante
de intercambio y él me dijo que era Italiano y que también era un recién llegado.
Había contratado el departamento con la misma organización que yo. Le pregunte
si tenía el numero de Kristen y me dijo que no y que tampoco tenía un teléfono celular
americano peeeeeero que iba a subir a averiguar porque sus roommates si lo
tenían.
Se fue.
Y yo quedé sentadita con todas mis
valijas. El italiano no volvía… no aparecía…
Me impaciente. Descubrí que mi
computadora podía captar la señal de wi fi del negocio de camas solares que
estaba al lado del edificio. Entonces apareció un dilema: salir del edificio,
al sol, a intentar que al lado me den la contraseña para poder mandarle un mail
a Kristen diciéndole “hola que tal estoy en la puerta” con el riesgo de quedar
del lado de afuera…o quedarme esperando que volviera el italiano con ayuda.
Ganó la impaciencia.
Abrí la puerta y medio haciendo
malabares logré sacar todos mis bolsos y caminar hasta el negocio… solo para
darme cuenta que no había nadie. Estaba vacío. Un bajón terrible.
Y cuando todo parecía sin solución…
aparece el italiano.
Y en ese momento todo fue maravilloso.
A partir de ahí todo fue genial.
Había llegado el momento de disfrutar.
El italiano había bajado con un español
esplendido que se acercó a auxiliarme con mis valijas. Me dijo que tenía el número
de Kristen y que si yo era argentina probablemente iba a ser la compañera de
departamento de “Aracelí”. Justo apareció una chica yankee que nos saludo y que
parece q también estaba instalada en lo de Aracelí.
Me abrieron la puerta y entramos las
valijas. Subimos al 2do piso y mientras, el español llamó a Kristen y quedaron
en que nos encontrábamos todos en el 511, el departamento de Araceli.
Mi departamento.
Paso a explicar la cadena de
coincidencias. Yo decidí alquilar este departamento en el edificio “The
Cameron House” porque el argentino que viajaba becado por la UBA
igual que yo, había alquilado ahí. El ya estaba en Austin desde la semana
pasada y estaba instalado en su departamento 212. Resulta que el vive con
Juan, el español. Y con ellos vive el Italiano en cuestión (Miquele). Juan es
de valencia y vino becado a estudiar arquitectura junto con Araceli. Así que
ellos estaban todos pendientes de cuando llegaba la argentina que iba a
estudiar derecho con el argentino y que iba a vivir con Araceli.
Y ahí estaba yo, llorisqueando
nuevamente, pero esta vez, de desahogo. Finalmente estaba en el 511, siendo capaz
de dejar las cosas en mi cuarto y tomar un vaso de agua fría.
Había llegado sana y salva. Ya estaba
en Austin.
Kirsten llegó al ratito y me dio mi
juego de llaves. Araceli me prestó su computadora para escribirle a mis papás y a mi compañerito de trabajo contando que estaba vivita y coleando.
Siendo las 12:30 yo ya estaba
instalada.
A partir de ahí todo fue bajar mil
cambios, intentar des-acelerarme, y de a poco ir encontrando mi lugar.
La mejor noticia de
todas es el super grupo que armamos. El cuarteto español-argentino ya se
consolidó como grupo. Ara y Juan son muy pegote y la verdad es que mi compañero UBA resultó super piola. Hace cuatro años que se instala todos los veranos a hacer los
viajes de “work & travel” asi que tiene un super nivel del inglés y la
tiene clarísima con los yankees. Estoy feliz con mi grupete.
=)
Ese mediodía Ara cocinó fideos y
bajamos con nuestros platos y vasos al departamento de los chicos para comer
todos juntos. De ahí nos preparamos para ir a una charla de
introducción de la facultad que era obligatoria para los estudiantes
extranjeros. Un plomo biónico. De ahí nos fuimos a una pileta que tiene el
conjunto de departamentos. Nuestro
edificio no tiene pileta propia pero si entramos en otro de los complejos no
hay drama en que usemos la pileta. El sol era agobiante.
Nos quedamos un rato ahí y finalmente volví
agotada al departamento.
Tipo 18:30 me permití salir a caminar
sola las cuadras de mi barrio. Estoy en West Campus y eso significa estar a 3 cuadras del campus.
La calle que bordea la universidad, la Guadalupe St., tiene un montón de
locales comerciales así que camine un par de cuadras buscando un negocio de
internet y computadoras porque yo necesitaba cable para poder conectar mi
compu. Después fui a una especie de kiosco gigante/mercadito para comprar algo
para cenar a la noche. Me permití gastar en cosas ricas: mi compra consistió en
patitas de pollo, coca cola, 2 potes de helado Häagen-Dazs
y un mega paquete de galletitas chips Ahoy.
Una gloria.
A las doce de la noche me fui a dormir.
Definitivamente mi llegada a Austin ya
era una verdadera prueba superada!
(y si llegaron con la lectura hasta aca solo me queda decir... prueba superada queridos lectores!)