El Sr. X me criticaba muchas cosas pero, básicamente, había un defecto mío que le rompía las pelotas:
Soy quejosa.
Nada más y nada menos. Bah, algo mas... Soy MUY quejosa.
Estoy en un semestre super intenso de mi vida y todo (o casi todo) viene saliendo como lo planie en mi listita a principio de año. Y, sin embargo, me quejo igual. Horror.
En fin, estoy un poco atrasada con las últimas novedades de mi vida asi que voy a intentar ponerme al día. Animo con la lectura muchachos, se viene heavy metal.
El jueves pasado (hace 10 días ya) me tome el día en el laburo. Mi agenda marcaba una serie de actividades sumamente trascendentes para mi futuro: primero dentista, después entrevistas de trabajo y finalmente la salida con el cantante.
La trascendencia de mi visita al odontólogo se entiende si les cuento el motivo de mi consulta. Me sangran las encías. Mucho. En general es cuando me lavo los dientes pero puede ser en cualquier momento (comiendo una manzana es lo común). Creí que no era grave pero fui igual porque no es agradable empezar cada día haciendo buches sangrientos y terminarlos de igual manera. Crei pero me equivoque. Acá entra la queja de la mañana. No solo el mal humor por tener que esperar media hora en la sala de espera (Habría que denunciar a todas las secretarías de médicos que arman las agendas. Nada que sea más odioso que saber que a uno le dan turno a las 10.30 pero que no hay forma de que el horario se respete!) Sino el mal humor por el diagnostico que recibí. Mi dentista se ocupo de explicarme que yo tenía no-se-que-enfermedad que implica no tener sistema inmune en la boca. No tengo defensas. Una paja.
Dios Mío, posta que la vida supera la ficción. Yo sin "defensas en la boca" (algo así como decir sin filtro...)¡Eso explica tantas cosas...!
Más allá de que ahora no voy a explayarme sobre el tema, creo que es un dato que no puede pasar desapercibido y va a volver a aparecer en mis escritos. Están avisados.
Después de mi visita al odontólogo partí a San Isidro a repartir CV a dos juzgados penales. (Tranquilos todos: eran mis CV laborales. Nada de salir a buscar novio con mi CV amoroso. Todavía no llegamos a ese punto. Pero sí estamos en la etapa desesperación-por-cambiar-de-trabajo así que partimos a tocar puertas y pedir trabajo). A la tarde tuve una tercer entrevista. Esta vez, me habían citado. Me recomendó Sabri, mi ex compañera de UAAFE y la que me entrevistaba era la tía. Necesitan a alguien y yo doy con el perfil salvo un pequeño detalle.. soy mujer. Aun estando en el 2011 seguimos teniendo este tipo de dificultades. La Dra. me citó en un café. El plan era que me conociera para ver si valía la pena como para presentarme tipo su "candidata". Busca alguien que tenga su estilo, que sea muy laburadora, que sea fiel, que tenga la camiseta puesta, bla, bla, bla. Muchos bla porque básicamente, charlamos durante 2hs y media. La entrevista fue eterna pero valió la pena porque le gusté. Veremos qué onda. Terminé agotada. La realidad es que el ejercicio de "venderse" en cada entrevista es muy cansador! Pensar que responder, controlar los nervios, mostrarse interesante pero sincera, convencer al otro que somos la mejor opción... A ver, me encanta eh? Es un desafío que me divierte y soy bastante buena en las entrevistas pero es cansador igual. ¡¿Porque no inventamos otro sistema más copado para conseguir trabajo!?! No me divierte la cantidad de hs invertidas cuando ni siquiera uno está seguro de que va a conseguir el trabajo. ¿Terminar feliz porque al menos tuve la oportunidad de charlar con 3 magistradas que pueden ser puerta para conseguir la entrada al poder judicial? Naananana. Nos quejamos del cansancio por tanto esfuerzo. Obvio. ¿o no?
Finalmente llegué a casa a las 8 de la noche. Me instalé a terminar el tp que tenía que presentar el viernes a las 8.30am y sin darme cuenta se hicieron las 9.
Timbre.
Había llegado el cantante. Un papelón: yo estaba en bombacha, medias, corpiño y bata. Un desastre. Corrí a cambiarme y ponerme decente a la velocidad de la luz. Jack Flash un poroto al lado mío. (Chan. Esto de que soy rápida se volvió una verdad irrefutable en demasiados planos). Mi hermana horrorizada con la falta de preparación me iba poniendo los aros mientras mi mamá me tiraba perfume y yo intentaba terminar de delinearme los ojos. Quejas y más quejas: que paja no haberme apurado antes. Y que paja no haber tenido más tiempo para terminar el tp y que paja correr. Y bue. Es la que hay.
9.10 salí y me encontré al cantante paradito al lado del auto.
Repito: Me estaba esperando parado al lado del auto.
Creo que nadie puede discutir que tengo mucha (mucha) experiencia en salidas. Creo que sin dudas es la primera vez que me esperan parados afuera del auto, con un frío importante, y durante 10 minutos. Me mato. Punto para el cantante. Sin dudas.
Me abrió la puerta y mientras yo lo bañaba en pedidos de disculpas por la demora me pidió que eligiera a donde quería comer: había reservado en dos lugares y la opción era entre Palermo y San Isidro. Nos jugamos por Palermo y resultó genial. El programa: fondue en la Rosadita. Impecable. Excelente elección. De postre: un mega postre de brownie con helado de dulce de leche. La gordita con curvas sentía que tocaba el cielo con las manos, más gordita que nunca.
Dato extra: en el camino, llamó al lugar en San Isidro para avisar que no íbamos. Punto para el cantante otra vez.
La pasamos genial. Como si fuera una cuarta entrevista en el día, me esmeré por venderme bien. El muchacho me conoció descontrolada en un casorio y me había visto la noche siguiente totalmente afónica, resfriada, con pelo sucio y anteojos de nerd en la casa de mi primo. Era otro gran desafío convencerlo de que había una persona lógica e interesante abajo de el vestido de animal print y los mocos del domingo. Difícil. Charlamos un montón, nos reímos, comimos de lo lindo, nos gustamos.
Podemos asumir que superé con destreza la situación (a pesar de mis inevitables peleas y criticas constantes que todavía no logro ni siquiera disimular en la primer salida) porque me invitó a tomar un café a su casa.
Ya sé.
Nunca creas que cuando te invitan a tomar un café es porque, efectivamente, quieren tomar café y seguir charlando. Es decir, siendo razonables, cabe la posibilidad de que yo le haya parecido insoportable pero el recuerdo del animal print lo haya motivado lo suficiente como para intentar llevarme a un lugar donde hubiera una...cama. Malditos hombres.
Justo, justo, justo esta vez creo que de verdad le gusté. (pero como en general le pifio no es garantía de nada lo que yo crea)
Otro dato: Su depto me encantó y el café es de los mejores que tomé en mi vida lo que lo convirtió rápidamente en un excelente candidato.
Le aclaré que tenía que llevarme a mi casa porque yo iba a volver a dormir a mi cama y después me olvidé un poco de esa orden.
Café, chau zapatos y sillón.
Besos, caricias, de pronto cama.
Medias al piso, música, sabanas revueltas y un esfuerzo sideral por acordarme buenas razones para mantener mi orden. Yo vuelvo a dormir a casa porque era bueno.. ¿era bueno? Creo que sí. Maldita moral. o Maldito manual de deber ser.
Se hicieron las dos de la madrugada. Ya era viernes.
A portarse bien y dormir en casa porque tampoco queremos que se dé cuenta taaaan rápido que yo soy más rápida que Jack Flash
¿o no?
...que pasen 3 días y, por lo menos, se entere el domingo.
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