Dialogo mientras tomamos mate una tarde en Capital Federal (verdad, verdadero)

Después de haber hecho la síntesis de mi situación facultativa y de mi situación laboral pasamos al último tema de la tarde.

Abuelo: "Y, Querida, decime... ¿Cómo está tu situación amorosa?"

Claricienta: "Sigo soltera Abuelo. Los hombres se me escapan! No me duran mucho, viste? Empiezo a salir con uno y al poquito tiempo me corta. Yo no sé qué problema tienen."

Abuelo: "Es que los hombres son así, vos tenes que saberlo. Los hombres de hoy quieren llegar a la cama y eso es lo único que les importa. Es así, cuando las chicas no se entregan los hombres se van porque son así de básicos. Pero vos no te dejes convencer eh?"

Claricienta: .... (¿?)

Abuelo: "Tené paciencia..porque ya va a aparecer alguien que valga la pena."

Claricienta: "Igual Abuelo creo que es más bien otra cosa. Tiene que ver con el miedo al compromiso en general. Hasta ahora mi sensación es que salgo con tipos que no se quieren entregar. Que culpan al momento o al contexto pero es más bien el miedo a comprometerse con otra persona. Hay una percepción generalizada de que estar en pareja es sinónimo de esclavitud."

Abuelo: "Bueno, sea por lo que sea, vos sabes que se te va a pasar el tren si no haces algo."

Claricienta: "ayyyyy Abuelo! No exageres. Y Además, bueno, quizás termino soltera. ¿Y cuál es el problema?"

Abuelo: No querida, tenes que conseguir marido. La mujer está hecha para tener una familia. La maternidad es el deber más importante de la mujer.

Claricienta: "Primero que los hijos son deberes de la madre y del padre. De los dos. Pero segundo el tema de la maternidad como deber era así antes, ahora hay otros "deberes". La profesión. Date cuenta que yo estoy poniendo mucho esfuerzo para armar una carrera."

Abuelo: "Mira, la carrera viene después. Primero tenes que ocuparte de conseguir marido."

Claricienta: (TONO IRÓNICO:) "¿Te parece?"

Abuelo: "Es en serio. ¿Sabes lo que te falta a vos?"

Claricienta: "¿Qué?"

Abuelo: "Aprender a cocinar. Y a limpiar la casa."

Claricienta: "¿Decís que como no sé cocinar o limpiar no consigo marido? Es al revés. Cuando conozco a alguien primero me aseguro que seamos compatibles. Y parte de la compatibilidad es que el hombre sepa que a mí no me gusta cocinar y que tendremos que ver como equilibramos las tareas de la casa porque yo pretendo tener una carrera."

Abuelo: "Es así. Tenes que aprender, por las dudas. Después, si en tu matrimonio te permite tener a alguien que te ayude con la casa y tener tu profesión, podrás hacerlo. Pero, primero lo primero. Conseguir marido. Una vez que tenes marido, verás que harás con tu vida."

Claricienta: "Pero abuelo yo YA SÉ que no quiero ser una ama de casa que se pasa el día haciendo "pooles" de los chicos. Yendo y viniendo en el auto. Cocinando y limpiando. Ordenando todo el día. Me mato. Para eso, prefiero no cumplir con mi deber de maternidad!"

Abuelo: "No digas pavadas. Vos aprende a cocinar. Los hombres quieren mujeres que sepan cuidar la casa. Si finalmente resulta que podes contar con ayuda, te dedicaras más tiempo a tu carrera."

Mi abuelo es tan tajante que cuando habla no deja margen para una posibilidad distinta de la que él predica. Las cosas son así y no hay otra. Es amoroso, pero no concibe que algo sea diferente a lo que él cree. Por ende, terminé el te casi que creyendo que seguro tenía razón. Entonces, me fui con una mezcla de depresión y alegría. Dualidad, as usual.

Depresión porque, siguiendo el pensamiento de mi abuelo, si tengo mala suerte voy a tener que convertirme en un ama de casa sí o sí, siempre que ese sea el destino que elija mi marido.

Alegría, porque, decidí que en Agosto empiezo un curso de cocina y, por ende, muy pronto ¡¡¡¡tendremos un novio en escena!!!!

(Repito: Les juro que el dialogo es real. Mi capacidad de hacer ficción no es tanta!)