EL DÍA ANTES DE CUMPLIR 24 AÑOS, ESTANDO SOLTERA Y DESEMPLEADA, DECIDÍ CAMBIAR MI TRADICIONAL SISTEMA DE CATARSIS. YA NO ERA SUFICIENTE LA PSICÓLOGA Y LOS FECAS CON AMIGAS. HABÍA QUE DAR UN PASO MÁS Y EL BLOG SE CONVIRTIÓ EN UN TRIUNFO: DESPUÉS DE MESES (AÑOS?!) DE ESTAR TENTADA, ME ANIMÉ A ENTRAR AL MUNDO. FUE ANIMARME A COMPARTIRLES A TODOS, A PARTIR DE ESTA VENTANA, UN POQUITO DE LA LOCURA DE MI SER. PORQUE, NO VAMOS A NEGARLO, SOY UNA LOCA TOTAL. LOCA LINDA IGUAL ¿EH?, DE LAS QUE DAN GANAS DE QUERER. PERO INDUDABLEMENTE NEURÓTICA.
EL ESPANTO DE SEGUIR CUMPLIENDO AÑOS SE POTENCIA POR LA FALTA DE PAREJA Y EL DESAFÍO DE CONVERTIRME EN UNA VERDADERA MUJER MODERNA: ESTUDIAR, PRODUCIR, TRABAJAR, SALIR, SATISFACER LA MIRADA DEL MUNDO, BRILLAR, DISFRUTAR, ADELGAZAR Y OTROS TANTOS MILES DE VERBOS QUE SE ACUMULAN EN LA LISTITA DE "DEBER SER" GUARDADA EN LA CARTERA.
HOY DECIDO LIBERAR UN POCO DEL CAOS DE MI SER A PARTIR DE LAS PALABRAS PARA VER SI, QUIZÁS ASÍ, DECRECEN LOS NIVELES DE HISTÉRIA Y NEURÓSIS

... Y SI NO FUNCIONA, AL MENOS NOS REÍMOS UN RATO!!!!!

miércoles, 7 de septiembre de 2011

SOY NUEVA: Paciencia.

Odiamos ser nueva.

En el práctico de la UBA los que empiezan quedan encuadrados en el grupo de “los nuevos”. La diferencia está en que hay otros, que empezaron seis meses antes y que gracias a nuestro ingreso pasaron a ser “los viejos” después de cargar con el primer título durante el semestre pasado. Los viejos ya tienen experiencia, los viejos son los que saben, los viejos son los que mandan y los que delegan tareas.

Aunque me cueste, soy nueva. Estoy a la deriva, no entiendo una J (ni una A, ni una B, ni una X ni nada!) y aunque hago malabares para interpretar que corno es el criterio migratorio que hay que aplicar al caso tal y cuál es el maldito plazo administrativo para presentar recursos en este caso aquel, todavía estoy perdida. Y claramente, ser nueva significa no poder hablar en clase. No tener un catzo que decir. No poder cantar la respuesta. No lucirme. No nada.

Odiamos ser nueva.

Y, ¿Quieren saber algo más?

Hace un mes empecé a trabajar en el juzgado.

Y, ¿Saben que significa eso? Aja.

Soy nueva.

La vida es bella ¿no? Y, que conste, no es que soy jodida. Nananana. Ni en pedo.

Es que, de verdad, parece que a la vida le encanta tomarme el pelo.

¿No te gusta? TOMAAAAA. Nueva, nuevita, novedosa.

Y este es un tema difícil así que me voy a explayar como nunca antes. Pónganse cómodos porque se viene una larga descripción. MUY larga.

La realidad es que hasta ahora yo conocía muchos “ser nueva” en el mundo del trabajo. Si tenemos en cuenta mi manía obsesivo-compulsiva para hacer listitas encontramos que soy capaz de enumerar (con viñetas y todo) una serie interminable de trabajos en mi historia. ¡Otra que mi CV con hombres! El checklist en su máxima expresión. Todavía no tengo resuelto si se debe a mi incapacidad de decidir o si es por mi afán de cosechar anécdotas para poder contarle después a mis nietos. En fin, por h o por b, yo puedo decir a mucha honra que en mi vida profesional pase desde ser niñera hasta ser la boluda que contestaba “Marín Buenas tardes (..) ya te comunico” durante seis hs segidas, pasando por la que limpió baños y la que trabajaba en la fábrica de pastas. No se que suena mas insólito considerando quien soy. Bah, mentira, lo de cuidar niños es totalmente demente. Sin dudas el padre que los dejo a mi cargo tenía menos juicio que yo. Y, de verdad, es como una tremenda hazaña porque, sinceramente ¿A quién en su sano juicio se le ocurre hacer cosas para después contarles a sus nietos que las hizo? Si tenemos en cuenta que cada vez estoy más cerca de ser monja que abuela la cosa se empeora. Evidentemente, escapo de los parámetros de la normalidad y, si alguien confió a sus pequeños amores a una anormal, es porque no son tan amores o porque ese me supera en locura. Ay… ¡¡Qué bueno saber que siempre hay alguien peor que uno!!

Me fui. Ja. Bendito pensamiento arbóreo: nos lleva a mil lugares. Probablemente algún día voy a terminar analizando el ciclo de vida de una lombriz (ponele) y nadie va a entender como terminó leyendo biología.

Vuelvo. Aun siendo la heroína de los trabajos nuevos, confieso que acá la situación es distinta. Tan distinta mi situación actual es que merece un post.

Recapitulemos la historia conocida. Hay tres cosas centrales de Claricienta cuando llega a un trabajo nuevo. Primero, se va a ocupar de hacer propio el lugar a través de la comida. ¿Vieron como hay gente que lleva fotos de la gente que quiere? Bueno yo soy igual… solo que con las galletitas.

O los chocolates. O los alfajores. O cualquier otra golosina interesante.

Y como de vez en cuando me ataca la culpa por los 3kg que tengo de inquilinos en la cintura, mecho un poco de dulce de leche con un toque de sopa quick light. Así es. Soy la pesadilla de las nutricionistas. Si me esforzara por comer peor creo que ganó el premio guiness. La cosa es que un rato ataco los biscochos don Satur y el café con leche y otro rato voy por un te-sin-azucar-con-las-horribles-sin-sabor-chocoarroz. Triste. Pero eso es inevitable. Llego cual antítesis de la cigarra, esto es, como una hormiguita que acumula provisiones y caigo a la oficina que me reciba con una taza, un café, una leche, y una bolsa con provisiones sumamente necesarias para ser feliz.

Segundo, Claricienta en trabajo nuevo es una máquina. De lo más efectiva. Es productiva. Le enseñan la tarea y rápidamente la aprende, la ejecuta, la resuelve. La explicación es simple. La verdad es que en general me cargo con mucha presión y suelo esforzarme mucho durante los primeros meses para poder aprender y jorobar lo menos posible. Tanto miedo tengo a ser ineficiente o mediocre que tomo apuntes de todo lo que me enseñan para después evitar preguntar las cosas que ya me explicaron una vez. ¿Obsesiva? Naaaaaaaaa. Enfermita nomás. Obviamente, tengo que preguntar mil millones de veces todo y no es que lo incorporo automáticamente, pero en general me va bien. Ahora, repasando mi lista de mil trabajos, confieso que en general mis trabajos fueron sumamente sencillos. Digamos que no hay mucha ciencia en atender el teléfono, tomar lista en una escuela de comedia musical o vender tapados (salvo por el detalle de que la consigna era vender tapados de piel en pleno febrero. Eso, admito, fue una misión imposible). En general me mando mil y una cagadas pero compenso demostrando que tengo mucha voluntad y que ganas no me faltan.

Por último, la tercer cosa que me caracteriza es que a los diez minutos Claricienta consiguió una oreja generosa que se ocupe de escucharla. Generosa o sometida, no lo tengo muy claro todavía. Pero oído al fin. Porque sabemos que la necesidad de catarsis puede atacarme en cualquier momento del día. Y si no es por necesidad, es por gusto. Me gusta hablar, escuchar al otro, comunicarme. Me parece central en mi vida. Es más, creo que me gusta hablar casi tanto como a las vedetongas locales les gusta aparecer en Tinelli.

Mmm… por ahí es momento de empezar a pensar en cambiar de gustos. Claramente las vedetongas en la tele consiguen más adeptos que yo haciendo monólogos sobre mis dramas existenciales. Vende más el show. (Nota mental: mandar mi CV a la tele. A fin y al cabo, en 9no me coronaron “Miss Moria Casan” y en 5to año “Miss Calle Corrientes” así que el amor a las plumas debe estar en alguna parte de mis genes. Por ahí es lo mío y todavía no me enteré)

La cosa es que Claricienta en trabajo nuevo es super sociable. Y si me dan un poco de espacio, no solo habló yo sino que termino psicoanalizando a quien se cruce en el camino. Intento generar un dialogo armonioso y si puede ser profundo, mejor.Ahora que pienso lo plomo que soy es difícil entender porque la gente me quiere tanto en mis trabajos. (Supongo que las grandes dosis de café con leche y dulce ayudaron más de lo que me imagino)

Me falta ahora contarles que me está pasando en el juzgado.

Soy nueva.

Y por alguna extraña razón no soy la nueva de siempre. Rarísimo. Supongo que tiene que ver con el grupo que me rodea. Digamos simplemente porque es un conjunto.. de personajes. Geniales personajes por cierto. Y se suma al particular ambiente en el que permanecemos las siete hs de laburo. De 7.30 a 14.30 aprox estoy metida en una especie de departamento adentro del edificio de tribunales. Digo departamento porque tenemos una planta alta en donde están los jueces, el secretario, la auxiliar letrada y el baño. (Claramente, lo más importante es el pipi room). Después, bajas la escalera y llegas al primer piso que es donde estamos los 11. El elenco estable. Un buen equipo. En este piso tenemos una gran sala de audiencias (divina y toda pituca) y un mega ambiente que incluye la mesa de atención al público, un cuartito donde están las dos señoras con cargo alto (y altos años..!) y los otros escritorios. Ah.. y los expedientes. Los miles de millones de expedientes, cada uno con sus miles de cuerpos y sus miles de escritos y miles de cedulas y miles de hojas. Todo en un perfecto orden… que solo entiende el que paso años ahí adentro. Porque a la vista de la nueva, sin dudas, es todo un caos. Supongo que las extrañas condiciones de trabajo hace que la situación sea distintas a las conocidas. Nada de estar tranquila, nada de leer mails o usar fb, nada de aprovechar el teléfono. Se trabaja intensivo las 6hs. Sin descanso. Sin parar. El trabajo no se termina NUNCA y SIEMPRE estas atrasado. Una verdadera lo-cu-ra. Tremendo desafío para mi psiquis.

Aceptó que la primera condición de “Claricienta-nueva” fue cumplida… con prudencia. De a poco lo voy logrando. De a poco. Las provisiones esenciales están cubiertas: café, leche y sopas quick light ya están adentro. Tuve que vencer la sorpresa de mis 8 compañeros de equipo pero hasta conseguí una aliada. A ver, todos se prenden con las galletitas y los alfajores. Incluso conseguí que uno me tomara un Nesquik un día que había llegado cruzado por culpa de un mal de amores. Pero el verdadero suceso es que tengo dos aliadas para el tema… brebajes. Por un lado está la chica que toma las audiencias. No solo es lo mejor del universo porque tiene la capacidad de pasarse las seis hs haciendo chistes sino que cuenta con un talento extraordinario: hace los mejores cafés batidos de este mundo. Así es. Señores y señoras, llegó el día en que conocí a alguien que hace mejores cafés que yo. Lo acepto con paz y con alegría. Por primera vez estoy disfrutando que sea otra la que se lleve los laureles ante dichosa labor. Se ocupa de repartir café y buena onda. Una joyita. Por otro lado, está la odontóloga. (Ja. Suena rarísimo no? Explico: esta chica es un verdadero ejemplo de independencia: rompió el mandato familiar que mandaba a ocuparse de los dientes ajenos. Es abogada.. pero como tampoco es cuestión de tanta rebeldía, los sábados trabaja con su mamá en el consultorio). Se sienta al lado mío y se la pasa preguntándome si estoy bien, si necesito algo, si necesito ayuda. Una divina total. Es tan tranquila que al lado de ella yo parezco el demonio de Tasmania. Lo mejor es que además de atenta ¡es mi compañera de sopas! Tanto que ahora ella también se ocupa de traer. Un verdadero trabajo en equipo para salvar al mundo del hambre a media mañana y para compartir la risa frente a los comentarios desopilantes del resto del equipo.

¿Y las otras dos cosas centrales de Claricienta..? Bien, gracias. Ja. Ni a kilómetros. ¿Eficiencia? ¿Productividad? Lo máximo que logré hasta ahora es cortarme los dedos con hojas y ganchitos de expedientes. Ojo, me manejo bastante bien con las pilas de expedientes (a los que continuamente llamo legajos) y la lista de cédulas. Pero ¿cheques? Ok, para eso necesito un instructivo con diagramas y notas al pie. ¿Encasillar? Tardo aproximadamente un milenio cuando el resto (“los viejos”) lo resuelven en un minuto. Todos los cartelitos me resultan un rompecabezas. Si además le sumamos el hecho de que moverse entre esos mini pasillos es una especie de coreografía pautada entre los 10 integrantes del tribunal, se entiende la dificultad del caso. Que paso por arriba, que voy por abajo, que te salto, que media vuelta, que me giro, que hago una pirueta arriba de la silla. Julio Bocca un poroto al lado de todos estos. Y claro.. todos sabemos que mis patas largas complican el temita coordinación. No entienden lo mal que la estoy pasando. Sobrevivir las seis horas sin chocarme con alguien es una verdadera misión imposible. Por ahora, logré no caer rodando o desplomarme entre papeles así que me doy por exitosa. (Eso sí, una que otra apoyada me ligue…!). La cosa es que me paso el día haciendo preguntas a todos sobre toooodoooo lo que hago mientras que ellos se pasan el día haciéndome una única pregunta: ¿necesitas ayuda con eso?

Triste.

Adiós ego, adiós orgullo, adiós vanidad.

Hola frustración. Nada mas duro para mi autoestima es percibir a la perfección como el “viejo” prefiere hacer las cosas que explicarme como hacerlas porque voy a tardar tanto tiempo que tiene miedo que las causas prescriban en él durante. Y bue.. es la que hay. Tan lejos estoy del sistema... que ni los chistes entiendo. Así como leen. Resulta que en el juzgado reina un clima de humor verde. Verdísimo. Hay que tener cuidado con cada una de las palabras que se usan porque todo puede ser usado en tu contra. Por suerte tengo a las chicas atentas y me cuidan con indicaciones claras: no usar las palabras “chupar”, “lamer”, etc. Ni aunque estes hablando de un chupetín. Está prohibido cualquier vínculo con la noche, la cama, los hombres, los tamaños, lo que sea. En un descuido me paso de sufrir un análisis minucioso sobre mi corpiño, mi escote o mi vestimenta. (Por ej. Recibí un cálido “estas para la apoyada” en un acto de bienvenida generosa! Claricienta agradecida por tanto cariño). Conclusion: las chicas se pasan la mañana entrenandome. Ya me van a sacar buena. Además, aparece el hecho de los mini pasillos complica y fomenta la tensión. Que te toque, que me apoyaste, que que se yo. Así que, ahí estoy yo, controlando la carcajada y riéndome durante toda la mañana por las ocurrencias. Son ¡terribles! Confieso que el sector de mesa me da un poco más de miedo. No tengo dudas que me van a hacer llorar de risa. El jefe de mesa es la cosa más graciosa que se me cruzo hasta ahora y mi amigo (que a todo esto me entere que le han inventado varios sobrenombres, incluido latin lover.. asi que no hay nada más que agregar) no se cansa de joderme. Voy a tener que empezar a preparar artillería pesada asi cuando empiezan ellos yo puedo retrucar con más fuerza! nada de sentirme intimidada!!!

Y bue..Supongo que estoy en un hondo proceso de aprendizaje.. y aunque me da una paja tremenda supongo que esta buenísimo.

Si no aprendo a laburar como se debe ¡¡al menos aprenderé a ser humilde y dócil!!!!! ¿Quién lo hubiera dicho? ¡Impensable! La realidad es que no me queda otra que bajar la cabeza y consultar todo. Los pobres chicos que trabajan conmigo están empezando a tener un síndrome de no concentración: Cada media hora tienen que interrumpir su tarea porque hay una minusa mirándolos atentamente con cara de pollito mojado. Creo que cuando deje de interrogarlos van a seguir interrumpiendo su tarea solos, por costumbre nomas. Pobres santos. Me resuelven todo. ¡Imagínense ustedes que saben tanto que a uno le dicen Eminencia!. Combo completo: inteligentes, buena onda y pacientes. Y sí.. digamos que son unos bombones totales que se dedican a explicar cual docente de primaria paso por paso todo lo que se supone que yo tengo que hacer. No hacen reproche porque son unos copados pero me pregunto seriamente si no estarán incubando algo adentro y, muy pronto, cuando se les acabe la paciencia me van a tirar por la ventana del 7mo piso. Por ahora, vengo sobreviviendo. Son mis compañeritos zurdos del juzgado: gracias a ellos cada vez estoy mas segura de que todos los males del mundo son culpa del capitalismo. Ja.

Para terminar me falta el problema mayor. El verdaderamente serio. Y sí, porque ser una lenteja para el laburo no es un drama.. el verdadero drama es no tener con quien charlar. Aja. ¿Se imaginan? Claricienta, que habla con el pobre potus solitario de pronto se quedó sin oreja estable. Una tragedia.

Es que, claramente, hay un tema de exceso de trabajo. No se puede permanecer en una conversación estable justamente porque no se puede permanecer en nada durante más de 5 minutos. Siempre aparece algo para hacer. Y entonces cada uno de los personajes intenta volver a su trabajo. Más allá de que reina el tema sexo las 35hs de la semana, no se mantiene un dialogo de los de mi tipo y eso que son todos más o menos charletas. La que era mi gran compañera de dialogo se movió. Claro, esta mujer es una especie de locomotora. No para. Labura que da calambre, al mismo tiempo esta colgada del teléfono arreglando cumpleaños y eventos familiares (carga con 2 niñas y un marido..!), lidia con abogados y mientras charla de lo que se te cante. ¿Si les digo que además es una diosa la odian no es cierto? Una verdadera mujer moderna que ahora quedó lejos de mi escritorio.

El equipo se completa con una rubia de ojos azules, flaquita, menudita, divina.. que putea que da calambre. Es tremenda. Otra que esta enchufada: va, viene, contesta preguntas, soluciona problemas ajenos, prepara mate, hace chistes y a la vez trabaja. Genial. Y después esta el otro chico que yo creía pacifico hasta ayer. Claro, era un tipo tranquilo, callado, que emana un aura serena. Bullshit. El lunes nos enteramos que trabajamos con una especie de superhéroe que combate el mal. Aunque ud. no lo crea. Así que, yo por las dudas, me quedo calladita y sin molestar a ver si todavía termino atada con un cable de caloventor. Después están presentes las dos chicas de maestranza que van y vienen al juzgado a lo largo de la mañana. Otras genias totales. Abuelas de fierro se pasan la mañana contando de sus nietos. Con esas sí que voy a poder charlar de lo lindo siempre y cuando pueda ocultar mi terrible incapacidad para estar con niños menores de 7 años.

Ufff.. me agote.

Ser nueva es a-go-tan-te.

La presión, la exigencia y el mandato de la loca de la casa me tiene cansada. Ante el terror de agotar al resto, avise con anticipación mi limite. Dicen que el que avisa no traiciona y me muero muerta antes de ser traicionera. Para evitar malos entendidos le notifique al universo que era nueva. De pronto, la terrible etiqueta que tanto rechazo se convirtió en mi principal defensa. Mandé a hacerme una musculosa que hoy me representa de sol a sombra. Tres palabritas. Nada más y nada menos.

SOY NUEVA. PACIENCIA

Paciencia porque todavía no sé, porque recién me están enseñando, porque no me manejo bien aún, porque esta vez no es tan fácil.

Mmm…

Tengo la leve sospecha que soy el típico caso de el maestro que se predica a si mismo.

Algo me dice que la que se tiene que tener paciencia a si misma soy yo..

¿no?

Clishé queridos.

2 comentarios:

  1. Nada de haver catatsis con los compañeritos... Para eso tenes blog!

    Yo estoy para el post diario!

    Candus

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  2. Bravo! Mi más sentidas felicitaciones: no puedo creer que llegaste a leer entera esta entrada.. una maravilla su fidelidad querida!!!!!!

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