Se busca milagros

Busco un milagro

Acá no hay cinismos, no hay ironías, no hay engaños.
Hay un simple pedido, un ruego, una súplica.

Necesito un milagro por que no soporto la realidad como es y quiero cambiarla. Necesito cambiarla y todavía no descubrí el mecanismo humano para lograrlo.
Algo más fuerte que yo, más trascendente tiene que funcionar.

Necesito que milagrosamente desaparezca la injusticia social.
Estoy harta de esperar que los grupos dominantes renuncien a tanta ambición y trabajen en aras del bien común de una vez por todas.
Harta de leer que los índices de pobreza crecen sin solución y esto inevitablemente lleva a la violencia social.
Harta de ver que la violencia y la droga se hacen cada vez más amigas y generan únicamente desesperanza y soledad.
Harta de tanta violencia. Y sobre todo harta de tanta inseguridad de la que somos victimas todos.
Básicamente, necesito un milagro por que el viernes pasado a mi abuelo de 80 años lo asaltaron, lo ahorcaron y tiraron al piso mientras le sacaban toda la plata de su jubilación que 10 minutos antes acababa de retirar del banco. Se quedó sin un peso para todo el mes…

Estoy harta de la enfermedad.
Harta de consolar a los enfermos que rodean a mi familia: cáncer por todos lados.
Harta de mirar sus ojos aterrorizados por el miedo de irse de este mundo o, aun peor, con el miedo de de quedarse sabiendo que en este mundo les toca lucharla y soportar un tratamiento maldito.
Harta de las quimios, los rayos, las internaciones, las tomografías y resonancias.
Básicamente, necesito un milagro por que ahora no solo mi abuelo tiene cancer sino que nos enteramos la semana pasada que a mi prima le encontraron un tumor. Nuevamente. Mi prima del alma, con sus cortos veinte años, tiene que volver a lidiar con el maldito Fleni y sus médicos.
Necesito un milagro que cambie con urgencia esta realidad de mierda que hace que este llorando por los rincones, cada vez que hago silencio.

Estoy harta de la ansiedad que tengo.
Harta del ruido, del aturdimiento.
Harta de no poder parar de comer, de no poder dormir, de no poder parar.
Necesito un milagro que me de paz. Que me regale el don de la serenidad.
Básicamente, necesito un milagro que transforme tanta angustia y me calme.

Ayer fui a una celebración por los 25 años de casados de unos amigos de mis viejos. Yo me fui haciendo amiga de los hijos asique era lindo compartirlo en familia. En el evento había muchos amigos de la familia que tenemos en común. Se acercó Inés, una psicóloga divina a la que adoro y me dijo que se había enterado lo de mi prima. Me aseguró que estaba rezando mucho y me preguntó que necesitaba.
- "Quiero un milagro, tenes por ahí?"- le dije.
- "Ok, buenisimo. Ahora lo anoto en la agenda y empiezo a ver como te lo consigo"- me contestó