EL DÍA ANTES DE CUMPLIR 24 AÑOS, ESTANDO SOLTERA Y DESEMPLEADA, DECIDÍ CAMBIAR MI TRADICIONAL SISTEMA DE CATARSIS. YA NO ERA SUFICIENTE LA PSICÓLOGA Y LOS FECAS CON AMIGAS. HABÍA QUE DAR UN PASO MÁS Y EL BLOG SE CONVIRTIÓ EN UN TRIUNFO: DESPUÉS DE MESES (AÑOS?!) DE ESTAR TENTADA, ME ANIMÉ A ENTRAR AL MUNDO. FUE ANIMARME A COMPARTIRLES A TODOS, A PARTIR DE ESTA VENTANA, UN POQUITO DE LA LOCURA DE MI SER. PORQUE, NO VAMOS A NEGARLO, SOY UNA LOCA TOTAL. LOCA LINDA IGUAL ¿EH?, DE LAS QUE DAN GANAS DE QUERER. PERO INDUDABLEMENTE NEURÓTICA.
EL ESPANTO DE SEGUIR CUMPLIENDO AÑOS SE POTENCIA POR LA FALTA DE PAREJA Y EL DESAFÍO DE CONVERTIRME EN UNA VERDADERA MUJER MODERNA: ESTUDIAR, PRODUCIR, TRABAJAR, SALIR, SATISFACER LA MIRADA DEL MUNDO, BRILLAR, DISFRUTAR, ADELGAZAR Y OTROS TANTOS MILES DE VERBOS QUE SE ACUMULAN EN LA LISTITA DE "DEBER SER" GUARDADA EN LA CARTERA.
HOY DECIDO LIBERAR UN POCO DEL CAOS DE MI SER A PARTIR DE LAS PALABRAS PARA VER SI, QUIZÁS ASÍ, DECRECEN LOS NIVELES DE HISTÉRIA Y NEURÓSIS

... Y SI NO FUNCIONA, AL MENOS NOS REÍMOS UN RATO!!!!!

domingo, 27 de noviembre de 2011

Cuando lo ridículo.. se convierte en típico.

Claricienta is back.
Hace muchos días que no me siento a escribir. Por ende, hace muchos días que no hago catarsis…Por ende…¿se imaginan como esta mi cabeza? Miedo.
Si miro para atrás puedo decir que esta todo igual que siempre. Y sin embargo, pasó de todo. Según mi amiga Joey O. tiene que ver con la manera en que se toma la vida: si una es apasionada, vivirá todo con intensidad. Y aunque el hecho sea algo tan ridículamente insignificante como que cuando me desperté tenía una hormiga en la frente, yo voy a vivirlo como si fuera el evento del año. Tan fuerte es todo para mí que estos veinte días me sentí la protagonista de veinte películas (o más..considerando que a veces me hago la película más de una vez al día) de todo tipo y color: drama, romántica y obviamente... comedia. Y, agrego, la ciclotimia esta a full en mi persona este tiempo. Estos últimos veinte días fueron explosivos y tanta intensidad me volvió más bipolar que nunca. Bien para arriba y bien para abajo. Luz brillante y oscuridad total. Polaroid de locura extraordinaria, diría Fito.
En fin.. la cosa es que me quiero poner al día con las novedades del mes y me es imposible la síntesis. Este mes pasó de todo. Y acumule una serie de cuentos que resultan impensados y totalmente ridículos.. y a la vez más típicos que nunca. Clishé de la vida de Claricienta: Lo insólito.. es típico en mi.
Por un lado, sigo trabajando en el juzgado habiéndome consolidado en mi rol de nueva, estoy terminando la cursada de este semestre de tres materias (ya dos metidas con 9 y 10 y una pendiente…!), estoy terminando el curso de literatura, apliqué para una beca en el extranjero, me pelie con mi mamá, después con mi papá y finalmente con mi hermana, me gaste mucha plata en zapatos, llore aproximadamente 6 veces por semana, empecé clases de inglés, y abandone la dieta cada una de las 5 veces que la empecé. Típico. Todo tan ridículamente típico.
Por el otro, una serie de hechos que valen la pena destacar. Son los ya mencionados “impensados”. Sucesos que a cualquiera le resultan ridículos…
Por ejemplo, impensado como haber vuelto a pisar una peluquería después de miles de meses. Y cuando digo miles digo más de tres años. Volví a pisar el reino de los peluqueros. Soy reacia a este tipo de eventos. Un poco porque soy una freak del control y odio que los tipos hagan lo que se les cante con tu pelo y cuando uno le dice "las puntitas nomás" ellos.. te rapen. Desubicados totales. Otro poco porque, aunque me esmeré un montón y lo intenté, no me sale esto de ser femenina. A pesar de todas mis objeciones, Groupon logra tentarme y bajo la premisa "para ser bella hay que sufrir" y en honor a Claudia Bono, terminé comprando un combo de peluquería. Más allá del chino que implicó llegar hasta el peluquero (lease: un mes de espera para conseguir turno en un horario apto para la agenda de claricienta, una hora de demora para que me atiendan y finalmente enterarme que tenía que pagar 50 pe más por el largo de mi pelo), el verdadero plomo era todo lo que Seba iba a hacerme: shock de queratina, brushing, corte, peinado. Me tuvo un buen rato instalada en un sillón mientras yo veía pasar secadores, tijeras, peines y otros elementos cuyos nombres exceden mi léxico, y finalmente se despidió con un único consejo: “Ahora, por un tiempo, no uses shampoo nutritivo”. Ante mi cara de desconcierto Seba debe haber interpretado que no tenía idea que corno era un shampoo nutritivo así que rápidamente se ocupo de agregar: En general son los que tienen envase de colores cálidos. Ok, entendí. Me despedí sintiéndome divina, con el pelo brillante y las puntas prolijas. Por un segundo me prometí a mi misma repetir el ritual, intentar preservarme bella y joven eternamente y buscar la femeneidad perdida por cada recoveco de mi ser hasta encontrarla. Todo perfecto.. hasta que llegue a mi casa lista para descubrir que los únicos shampoo que había en casa: rosa, naranja y amarillo. Me pareció exagerado el comentario del peluquero. No le creí. Es todo para salir a comprar y seguir consumiendo. Aja. Últimamente todo en mi vida es culpa del capitalismo (debe ser consecuencia de estar cada vez más amiga de mis compañeros zurdos del juzgado)
Error.
Hay que creerle a Seba. Capitalismo o no, la cosa es que el pobre shampoo era más importante de lo que creía. El fucking shock de queratina me duro un suspiro. Volví al pelo pajoso de siempre. Tres kilos de más y ahora además pelo horrible. Este verano va a ser terrible. Me quiero morir bien muerta.
Pero más allá del dramático episodio capilar, tengo otros ejemplos de sucesos impensados pero típicos. Como el haber tenido una noche de revival con el nuevo candidato después de haberme convencido y haber anunciado al mundo que lo convertíamos en viejo candidato… Y sí… ¿vieron que lo vintage está de moda? Ok, de vez en cuando la moda atrapa. Después de una serie de esporádicos mensajes, llamados y chat de fb, coincidimos. Bah.. sinceridad brutal: Yo pretendía un antidomingo (delivery, dvd y un buen colchón) pero no lo logré. Después de un sinfín de intentos, finalmente sucumbí en el mensaje del sábado a las tres am. A la mierda con las reglas del orgullo femenino. Tengo ganas ¿y qué? Tengo como mucho deseo de una birra fría en tu depto y una buena revolcada. Ya sé que no se hace, ya sé que no debería, ya sé que él no me merece y todo eso.. pero yafu. Un minuto de distracción y Claricienta haciendo estragos meses y meses de charlas con amigas en donde se marcan los puntos a seguir. Que se yo.. lo que sí sé es que la noche fue genial. Me busco por Don Torcuato y nos fuimos a capital a conocer su departamento nuevo. Como buen soltero tenía cerveza fría en la heladera, cero muebles en la casa salvo una mega cama y una tele gigante en el cuarto. Charlamos, nos reímos, nos encontramos. El único drama fue que me despachó al mediodía y, aunque obviamente me llevo en auto hasta casa, hubo que soportar la horrible humillación de caminar por Santa Fe el domingo a las 12 del mediodía vestida de pre-gato hasta el estacionamiento. Bah… que tanto eufemismo: de zorra y punto. Tacos, mini negra y un corcet de lentejuelas. Me prestó una remera para que no sea tan fuerte la imagen para los viejos que salen a caminar los domingos por la recoleta. El final de la historia es el clishé máximo: me dejé los aros de mi hermana (esos divinos que usas todos los fines de semana y van con todo) y me quedé con la remera vieja suya. Uno diría que eso es signo de un nuevo encuentro para intercambiar las pertenencias. PERO NO. Cada vez que lo intente el resultado es una bicicleta de excusas. Same story ever. Una paja.
Decidí firmemente no morir de angustia y esforzarme por mantener una vida social más o menos digna. Mucho estudio, muchas horas de trabajo, práctico y cuestiones varias hacen que mis noches estén sumamente tranquilas. La cabeza dio la orden y el cuerpo tuvo que acompañar: este último tiempo me esforcé por salir cueste lo que cueste. Y lo que más cuesta se traduce en dos problemas fundamentales: No tener equipo estable con quien salir o, por miedo a no tener programa aceptar las veinte invitaciones y tener la tan-tipica-superposicion-de-eventos-de-la-misma-noche. Ambos: totalmente ridículos. El primer escenario me ubica en el rol de la amiga soltera que no tiene con quien salir y termina colándose al programa de una amiga con el novio. La tradicional chaperona. Y aunque la imagen sea medio triste me la banco y salgo de a tres. El resultado final es un golazo: el novio de mi amiga me cuida, me buscan por casa, se ocupan de devolverme sana y salva, y hasta me invitan una cerveza. Perfecto. El segundo escenario es más complicado porque terminó comprometiéndome a tres cumpleaños y dos fiestas en el marco de 7 hs de noche de sábado. Entonces me disfrazo de superheroina, me calzo las plataformas, un par de energizantes y el auto. Claricienta al volante para cumplir con la agenda de la noche. Terminó agotada pero feliz. Tan pero tan típico.
¿Qué más relatar? Otro de los grandes sucesos es mi enamoramiento frustrado a los candidatos de este semestre. Cada vez me gustan más mis dos imposibles: el profesor y mi compañerito de juzgado. Y los dos están en pareja. Tan típico que aburre. Y, cuando digo pareja, me refiero a recontra en pareja. El primero, conviviendo con una gallega. El segundo, en pareja y jurando fidelidad eterna. Las odio (claro esta, no las conozco). Lo ridículo es que hace un par de días me enteré que el profesor dejó de convivir con su minusa. Parece que el tipo duró quince días de convivencia. Nada más. ¡¿Pueden creerlo?! Y él anda por ahí diciendo que fue su record. Y yo me entero de todo porque tengo una especie de red de espías distribuidas a lo largo y ancho de la Capital Federal haciendo de informantes. La CIA un carajo al lado mío. Me sorprendo cada día de mi talento. Ahora bien, tengo que aceptar que si hubiera una lista de los 100 peores candidatos el hecho de no durar ni dos semanas en la misma casa lo convierte en el peor de todos y, aunque tremendo hecho debería espantarme… no lo hace. No puedo evitarlo. El drama, lo ridículo, es que toda la felicidad que me inundó con la noticia de la no-mudanza se desvaneció cuando me enteré que no cortó con la gallega. Sigue en pareja. Ridículo. Totalmente ridículo. Y yo, más enamorada que nunca.
Igual, no pretendo quedarme con los brazos cruzados. Ni a patadas. Claricienta sigue en búsqueda. Y tanto busca que termina en programas insólitos. El sumung de los cuentos impensados de este mes fue mi salida con la compañera de trabajo. La petiza es una copada y me ofreció armar una salida de a cuatro. Ella, su marido -el mecánico-, un amigo de él y yo. El que me tocaba a mi resulto.. un personaje interesante. Profesor de yoga y meditación, fanático del reiki, baterista de una banda de latino y otra de rock pop (¿?) y de profesión.. pintor. Aja. Así es. Pintor de casa. De brocha gorda. Por eso digo, tremendo personaje. A esta altura creo que voy por el record de salidas insólitas. Fuimos a jugar al pool en un bar simpaticón en Martinez. Mi amiga y el marido son una masa así que la pasamos bien. Mi candidato es casi diez años más grande que yo y claramente era otra onda por lo que, claramente, no pegamos onda. Pero nos divertimos. Más allá de que yo le sacaba una cabeza (y eso que yo estaba sin tacos gracias a la fundamental aclaración que me hizo mi amiga con buen tino), de que llegó con una camisa abierta hasta el cuarto botón lo que permitía ver los pelos del pecho, de que usaba una cadenita dorada y de que me saludó con un “¿Todo lindo?”, puedo decir que la pasamos bien entre los cuatro. Se reían de mí incapacidad para jugar al pool y mi capacidad para decir boludeces. En un momento mi amiga y el marido deciden retirarse: nos dejan solos en el bar. Chan. Yo quería morirme bien muerta. Me había bajado dos litros de cerveza casi sola pero no era suficiente. La remé, porque soy extraordinaria para manejar salidas pero quedó clarísimo que no había nada en común entre los dos. O al menos, eso creí. Esa noche me llevó a mi casa y nos despedimos sin que hubiera pedido de teléfono alguno. Muchas gracias por todo y buena suerte. Para qué. A los dos días se me acerca mi amiga (que, por más genia que sea, ahora identifico como la peor Cupido del planeta) diciendo que el buen pintor había solicitado mi numero. No supe que hacer… y se lo dí. TI-PI-CO (Así, en mayúsculas y con vehemencia). El buen hombre ya mandó un par de mensajes que no fueron respondidos por la presente y un llamado de sábado a la tarde que fue despachado lo más rápido posible. Está en juego mi buena educación y la amistad con la petiza del juzgado así que tengo que resolver urgente como soluciono el terrible embrollo en el que me estoy metiendo por no saber decir que no.
Concluyo el relato simplemente porque es tan largo que a esta altura ya deben quedar pocos ojos atentos y tampoco es cuestión de ir perdiendo lectores por el camino. Prometo volver al ruedo: tengo suficientes noticias tristes que deben ser paliadas así que voy a esmerarme para tener anécdotas suficientemente divertidas para compensar. Porque si no, me muero muerta

1 comentario:

  1. Me maté buscando esto!! Lo de la red de espías es lo más jajaja!!
    Sugerencia: cuando uno deja de buscar, se relaja y deja la puerta un poquito entreabierta los otros se empiezan a preguntar que habrá detrás de la puerta y tendrás invitaciones varias y de todo tipo.

    Lo del profesor, que lindos esos amores, yo rastré a uno hasta EEUU y cuando llegué a NY donde vive, estuve una hora en la entrada de su oficina, no podía entrar... no se por qué... y decidí que mi tiempo iba a ser mejor aprovechado tomando un chocolate caliente en el Rockefeller Center, y así fue!!!

    El lema es: todo puede ser!!

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