Una vez tuve un novio.

Perfecto, amoroso, cariñoso, divino.
Era un prolijo total. Estudiaba lo mismo que el padre y el abuelo. Trabajaba y ganaba bien: estaba en una escribanía. Tenia amigos, leia, le gustaba el cine, hacia deporte y hasta pintaba cuadros. No fumaba, no se emborrachaba, no salia a bailar.
Era un perfecto...bodrio!
Hay que sumarle unos detalles: celoso obsesivo, controlador y negador. El combo era perfecto.
Fueron cinco años intesos: pasamos por mil tormentas y sería injusto ahora resumir tanta historia a una única faceta de su personalidad por que, objetivamente, es un buen tipo y tiene un gran corazón pero "Papá T" (por que el mundo lo jodía con que era un "papá" y al terminar el día uno podría decir que le gustaba ser un poco papá mio también) es verdaderamente un Señor. Asi, con todas las letras y con mayuscula.
Me cuidó, protegió, acompañó y guió... hasta que me sofoqué.
Y de repente, después de un verano de mochilera en el Sur, me dí cuenta que necesitaba aire. Que este novio divino que tenía me estaba cortando las alas con tanto control. Tanto controlaba, tanto pero tanto, que antes de que yo pudiera decidir que iba a hacer y como iba a manejarlo, el Señor se metió en mis mails (maldito el día en que creí que estar en pareja era no tener privacidad) y descubrio largas confesiones a mi amiga Rous en donde yo vomitaba toda la angustia que me generaba el "no saber".
Y de repente, hubo que hablar de que me estaba pasando.
Dar explicaciones y tomar decisiones. Cuando ya no daba para más (después de un mes de llanto y tensión) le dije de ir a tomar un café por que teníamos que hablar. Cronica de una muerte anunciada con platillos y bombos. Como "Papá T" me cuidaba tanto pero tanto, durante esa charla me facilitó el temita de concretar el corte. Me dijo que no podiamos seguir así, que charlaramos de lo que yo necesitaba, que evidentemente teniamos que cortar. De verdad que lo pienso ahora y me rio -para no llorar- por que finalmente el me incentivo a que cortara.
Supongo que creyó que era una locura momentanea. Una crisis menor. Una neurosis de las miles que me caracterizan.
Pero no!
Juro que me habia cansado y estaba ahogada. Después del corte sentí que los pulmones se llenaban de aire. Mi alma estaba ansiosa por ser independiente. Desde los 16 había compartido tiempo, decisiones, procesos, vacaciones, domingos, peliculas, cafes y automacs. Queria aprender a decidir sola. Quería hacerme cargo de mi. Ser SOLA. Esa noche le dije, mientras lloraba como una beba y me quedaba un hilo de voz, siendo muy pero muy sincera:
"Gordo, esto no es un tiempo. Es un corte. Yo necesito un tiempo sola pero no es cuestión de semanas... siento muy intensamente que necesito estar sola por mucho tiempo. Necesito ser soltera por dos años".
Ok, voy dos años y medio de soltería.
Hay algún detalle del plan que salió mal.