EL DÍA ANTES DE CUMPLIR 24 AÑOS, ESTANDO SOLTERA Y DESEMPLEADA, DECIDÍ CAMBIAR MI TRADICIONAL SISTEMA DE CATARSIS. YA NO ERA SUFICIENTE LA PSICÓLOGA Y LOS FECAS CON AMIGAS. HABÍA QUE DAR UN PASO MÁS Y EL BLOG SE CONVIRTIÓ EN UN TRIUNFO: DESPUÉS DE MESES (AÑOS?!) DE ESTAR TENTADA, ME ANIMÉ A ENTRAR AL MUNDO. FUE ANIMARME A COMPARTIRLES A TODOS, A PARTIR DE ESTA VENTANA, UN POQUITO DE LA LOCURA DE MI SER. PORQUE, NO VAMOS A NEGARLO, SOY UNA LOCA TOTAL. LOCA LINDA IGUAL ¿EH?, DE LAS QUE DAN GANAS DE QUERER. PERO INDUDABLEMENTE NEURÓTICA.
EL ESPANTO DE SEGUIR CUMPLIENDO AÑOS SE POTENCIA POR LA FALTA DE PAREJA Y EL DESAFÍO DE CONVERTIRME EN UNA VERDADERA MUJER MODERNA: ESTUDIAR, PRODUCIR, TRABAJAR, SALIR, SATISFACER LA MIRADA DEL MUNDO, BRILLAR, DISFRUTAR, ADELGAZAR Y OTROS TANTOS MILES DE VERBOS QUE SE ACUMULAN EN LA LISTITA DE "DEBER SER" GUARDADA EN LA CARTERA.
HOY DECIDO LIBERAR UN POCO DEL CAOS DE MI SER A PARTIR DE LAS PALABRAS PARA VER SI, QUIZÁS ASÍ, DECRECEN LOS NIVELES DE HISTÉRIA Y NEURÓSIS

... Y SI NO FUNCIONA, AL MENOS NOS REÍMOS UN RATO!!!!!

domingo, 17 de abril de 2011

Vacaciones 2011 (Parte B: Sobre cómo destruir el manual de la Turista Perfecta)

Una vez terminado el resumen general de la maravillosa experiencia de viajar con la familia, empieza la segunda parte de mi aventura.
El domingo 3 de abril me desperté sola, tempranito y me pegue una ducha. Desayuné en el buffet con mi mega valijota y partí caminando como manuelita rumbo a la etapa 3: New York City.

En fin, llegamos a la parte más jugosa de este viaje. Confieso que dejar la comodidad del crucero y despedirme de la family me daba pena pero la ansiedad por llegar a la gran manzana me estaba consumiendo. Algo adentro mío me avisaba que todavía faltaba lo mejor y que iba la ciudad me iba a volver loca (a ver, no vayan a creer que estoy incursionando en la magia o las bolas de cristal. Fue una genialidad lo mío.. "Algo adentro" es básicamente que el mundo entero adora esa ciudad y que no hay persona que no se cope con NY. Ósea, talento para la adivinación nulo). La cosa es que la experiencia superó toda expectativa y ahora no tengo más ganas de vivir en Buenos Aires y lo único que pienso es como conseguirme una excusa para mudarme a Manhattan.
¿Por dónde empiezo? Por el principio supongo.
(Brillante lo mío, nuevo despliegue de mi capacidad intelectual. Hoy estoy im-pa-ra-ble!!)

Llegue a las dos de la tarde. La loca de la casa se las ingenia para musicalizar todo momento importante así que en mi cabeza sonaba alguna melodía de esas que emocionan. Yo estaba feliz y me sentía leo di Caprio en el titanic: i'm the king of the world. Oooooobvio que los ojos se me llenaron de lagrimas (¡qué emoción haber llegado! ¡Qué alegría estar viajando sola otra vez! ¡Qué gratitud inmensa para con la vida que me ha dado tanto!) y me dio tanto miedo ser la causante de una inundación que me controle: no era cuestión de hacer hundir la isla antes de llegar a conocerla. Había mucho para hacer y ya no tenía tiempo. En ese momento no sabía que a partir de mi llegada nunca más iba a tener tiempo para nada. La lista de cosas para hacer era inagotable. Museos, parques, boliches, universidades, barrios, edificios, mercados, iglesias y restaurantes solo por nombrar algunos....para ser la turista perfecta hay que recorrer con guía de turismo y mapa cada rincón de la ciudad.
Primero lo primero: contactarme con quien me iba a alojar. El primo del amigo de mi primo me recibía la primer noche. Ni idea quien era y me parecía un programón. A ver, nueva aclaración necesaria: "ni idea" no incluye fb porque oooooobvio que me había ocupado de "estoquearlo". No era físicamente mi tipo: rubio, petizo y una barba horrible. No cerraba por ningún lado. Lo que sí era interesante era la información de donde había estudiado, trabajado y demás cuestiones. Mi madre, que evidentemente sí tiene talento para la adivinación, augurio que quizás conseguía candidato (en un acto de sinceridad genuina deschavo sus miedos respecto a mi soltería con un comentario "ay gorda mira si te enganchas y finalmente conseguís novio?!". Un verdadero primor mi madre. Le conteste que no, que lo había visto en fotos y no me gustaba. Yo no sé porque dije semejante boludes.
Veinticuatro años al pedo tengo.
A mi edad ya debería saber, primero, que las madres siempre saben todo y segundo, que los hombres de mi vida nunca fueron buenmozos. Me engancha otra cosa evidentemente porque mis amigas me nombraron la prueba viviente de que el amor es ciego.

Les adelanto igual que la bola de cristal de mamá debe ser medio berreta porque capto el mensaje incompleto:
Me enganche y conseguí un novio
...pero de otra.

(Ok, ok, estoy exagerando. No era novio pero más o menos.. vamos a ponerle un poco de condimentos y gravedad a este asunto para que puedan tentarse y leer hasta el final porque,les adelanto, faltan años!!!!)

Después del estrés de la salida de Fort Lauderlade, el vuelo desde Miami, dos horas de tren y subte me encontré sentadita en la puerta de la universidad de Columbia. Apareció con su bici azul y simplemente... Me encanto. No había rastros de esa barba y lo que sí impactaba eran sus ojos azules. Divino. Totalmente divino.
El tipo emanaba una buena onda increíble. En menos de dos segundos percibí que era un relajado total (acto de genialidad numero tres: fueron necesarios solo 2 minutos no por mi talento sino porque ese fue el tiempo que necesito él para decirme a mí que ¡me relajara! Evidentemente fui muy efusiva al momento de expresarle que le agradecía un montón el favor y que no quería molestarlo con nada y que él no se preocupara por mi y que bla, bla, bla. Estoy empezando a pensar que al lado mío cualquiera es relajado). Fuimos caminando hasta su casa a dejar mis cosas y empezamos a charlar.
Señoras y señores, cuatro horas después seguíamos charlando. Así como leen. Después de su casa nos fuimos a un bar/restaurant/cafe diviiiiino y nos instalamos ahí. Fue loquísimo. Afuera la ciudad me estaba esperando lista para ser recorrida y yo estaba feliz de la vida tomando un café. Lo increíble es que metí la listita de cosas para hacer en el bolsillo y me importo un rábano mi pésimo comportamiento turístico (afuera hacia un frio de locos y yo estaba calentita, en un lugar que tenía toda la onda, charlando de temas super interesantes con un pibe copado..el concepto de turista perfecta estaba siendo remplazado radicalmente. Voy a sintetizar la descripción y simplemente les digo que el tipo cumplía con tantos tips de mi listita de candidatos que el sobrenombre ideal se convierte en al cliché más medio pelo que puede existir en este blog: les presento a Mr. Perfect (yyy aprovechemos que vive en NY y hagamos algo bilingüe ya que estamos!)
Les juro que el pibe me deslumbró. Es una palabra malísima pero es ideal para describir lo sentí: quede embobada. Cuando ya era ridículo seguir encerrados habiendo tanta ciudad alrededor partí a conocer Times Square y un par de horas más tarde lo llame para que me fuera a buscar a la estación del subte. Mi cabeza ya había empezado a maquinar por adelantado: ¿qué onda esto que me pasa? ¿Me dará un beso? Y ¿después qué? Claramente no me debo acostar con un tipo que conozco hace menos de 5hs. Hay normas escritas en algún lugar. ¿Qué va a decir el amigo de mi primo? Además había un tema tremendo: yo no estaba depilada y la cosa podía ser muy desprolija. Nananana, nada de sexo, a portarse como se debe, carajo. Pasa que tenía muchas ganas de un beso y si empezaba con el tema chape, ¿cómo hacer para frenar después??? Misión imposible! Premio a la histérica sanisidrense. Me daba fiaca terminar en ese rol. ¡¡¡AYYYY que manera de pensar tanto!!!!!!! Mi cabeza iba a diez mil mientras me recorría una tremenda adrenalina generada todo lo que captaban mis ojos. Estaba en NY y había mucho pero mucho viento. Esa noche después de quedar fascinada con las luces de la ciudad, volví al departamento.
Quiero hacer un paréntesis porque vale la pena hablar de donde dormí. Mr. Perfect vivía con otros dos tipos: cada uno tenía su cuarto y se compartía baño y cocina. No tengo palabras para transmitirles lo que era eso. Un verdadero… ASCO. La cocina era una mugre: grasa, suciedad, mil cosas acumuladas sin lavar, la heladera era un asquete. El baño era peor porque era como si se hubieran propuesto que todo lo blanco se volviera negro. Había una capa negra que cubría jabonera, bañadera y piso. Hongos en la cortina de la ducha, sarro en el lavatorio, pelos, mil envases de shampoo vacios acumulados formando una especie de escultura (una verdadera obra de arte moderno que buscaba perfecta para simbolizar una mirada crítica a la sociedad de consumo postmoderna). Después del lujo del crucero yo llegaba a ese escenario...y me copo. Ojo, no me hago la loca y no es que me gusta vivir en un basural pero había algo copado en que no existiera la trasgresión total a los deseos de orden que existe en las casas de "mama y papa". No sé bien porque pero me divirtió. Y Mr. Perfect me pareció más completo todavía: era un relaje, un caótico, un anti-nerd total. No le importaba nada. Un genio.
Vuelvo a lo divertido. Eran pasadas las doce y estábamos los dos en su cuarto, con la cama lista y el piyama puesto.
El pibe en su mundo y yo.. Volviéndome loca.
¿Por qué hago eso? Quién sabe.. basta sentir indiferencia para que yo me obsesione sin límites. Yo no le movia un pelo y no se esmeraba en esconderlo. Mal humor.
Me fui a dormir sabiendo que todo el cuarto estaba inundado por mis ganas. Si a esta altura sabemos que los hombres pueden oler mi desesperación esa noche supe que todo el Harlem estaba oliéndome.

A ver, básicamente mi estadia en NYC consistió en dormir muy poco y recorrer a más no poder durante el resto de las horas. Primero estuve solo (mas allá de que hacia programas con el amigo de mi primo y sus amigos!) pero después llegó el miércoles y ese día el viaje potenció sus maravillosas características: llegó Joey O. a la ciudad. Así es. No solo tengo la suerte de recibir un crucero de regalo sino que, además, una amiga se copa y se viene a NYC para disfrutar la ciudad conmigo. ESPECTACULAR. Nos entendemos bárbaro, nos entendemos, nos manejamos con libertad y buena onda. Me encanta viajar con Joey O. Apenas llegó salimos con el amigo de mi primo a caminar el SOHO y ponernos al día.

Impagable. Es que todo lo que viví fue un goce. Un lujo. Un placer.
Mis múltiples personalidades estaban todas siendo atendidas de alguna y otra forma!
Mi lado nerd quedó feliz con la visita a la Columbia Law University. Me colé en una charla de política criminal que me divertía y después fui a una clase de arbitraje internacional super interesante.
Mi lado religioso disfrutó rezar en la capilla divina de Columbia (St. Paul Chappel), de alabar en Saint Patricks Cathedral o de darme la posibilidad de meditar y hacer silencio en el Central Park.
Mi lado consumista aprovechó el imperio de Forever 21 y se volvió loco en H&M donde gaste plata que no tenía y me endeude cuando totalmente enajenada (y olvidandome de mi tradición austera) me encontré a mi misma tarjeteando...es que, ¿quien puede resistirse a comprar 2 corpiños por 9 dolares?!?! ese tipo de ofertas no se pueden dejar pasar porque no se consiguen ni en once!!!
Mi lado deportista (que es un lado muy pero muy pequeño que lucha por desarrollarse pero no lo dejo!) dio rienda suelta a los pies que caminaron miles de horas seguidas sin tener un descanso.
Mi lado cheto se divirtió jugando a ser canchera y yendo a comer a lugares conocidos y a bailar a lugares top.
Mi lado histérico y neurótico se dio el lujo de idealizar a un sujeto que me alojo buena onda en su depto. La segunda noche que dormí ahi pegamos una buena charla sobre relaciones pasadas. Después de pasar por varios amores ya habíamos llegado a la última etapa y estábamos cerca del 2008. Siguió avanzando y llego al presente.
Y sí.
Tenía un presente.
El muy mengele (traducción: hijo de puta) se lo había guardado bien. Tenía un presente con alguien. Sin definiciones ni pactos vinculantes pero con conciencia de que no querer arruinar ningún futuro con esta persona. Evidentemente le importaba. Yo me quería morir. Siendo sinceros, nunca había salido el tema, no lo habíamos charlado y ni se me había ocurrido preguntar. (A ver, ¿¿¿a quien le dan ganas de hacer ese tipo de averiguaciones cuando la loca de la casa ya se embarcó en fantasías de un amor en Nueva York??!?Mejor ni preguntar...!) Aun siendo soltero estaba igualmente prohibida cualquier tipo de historia. No supe que decir. Bah, mucho peor, le ponderé a la minita esta. Porque la ubico y aunque no la conozco casi, me cae bien. Story of my life: típico mío que me cae bien y termino haciéndome amiga y bloqueando cualquier posible historia futura. No sería la primera vez que me pasa. Después de ponderarla bastante y decirle seriamente a Mr. Perfect que tenía que portarse bien y ser fiel, me fui a dormir...furiosa. Nada que atraiga más que un hombre siendo fiel y teniendo un buen comportamiento. ¡La histeria potenciada en su máxima expresión!

La mañana siguiente fue un divague. El saber que no se podía, hacia que mis ganas crecieran. Me duché y mientras me cambiaba en el cuarto le decía que no podía mirar. Y, claro está, que lo único que quería era que me viera y se diera cuenta que le doy mil millones de vueltas a su chica. Ya sé, odiosas comparaciones otra vez. Satanás me está esperando con un feca batido de esos que me gustan a mí. ¿Qué puedo decirles? La gordita con curvas está más curvosa que nunca y el color del Caribe me queda bastante copado. Después del show de vestuario llego el desayuno: café batido que le lleve a la cama, cortesía del infierno.
Creo que no me registró. Seguía durmiendo, mucho más entretenido en sus sueños que en el paupérrimo streap tease que se estaba desarrollando a dos mts de su cama.
Terrible.
Después de eso agarre mis cosas y me mude. Me fui a la otra punta de la isla a vivir a lo del amigo de mi primo.

En fin, esa historia fue un capitulo frustrante que no opaco el hecho de que la ciudad me volvió loca. Con o sin manual yo caminé todo Manhattan y no paré un segundo. Dormía 4 o 5hs por día con tal de aprovechar cada segundo. Me encantó cada museo que conocí, las calles, los edificios, las vistas, los puentes, todo. La gente, la energía, la fuerza. Cada rincón me gustaba. Con Joey O. aprovechamos a salir y hacer programas cancheros. Fuimos a comer a Pastis la primer noche y la siguiente a Gitans Bar. Después lentejuelas y tacos y directo a entrar a The Jane Hotel. Gente linda, buena música y las dos disfrutando la soltería en NYC. Bah, ella no tanto, pobre, porque se le acercó el tipo más buenmozo de todo el lugar y se tuvo que portar bien porque tiene un galancete esperando en Buenos Aires. El temita fidelidad estaba on fire esa semana. Yo me conforme con un abogado buena onda que me regalo un par de cervezas y algún que otro beso. Básicamente cosechamos anécdotas: volver totalmente borracha en el subway de NY puede ser una experiencia desorbitante. Lejos de la listita deber ser pero totalmente necesaria para la listita de anécdotas.
En fin, estaba cada vez más cerca de tener que despedirme y me angustiaba solo tomar conciencia. NYC me había atrapado totalmente. El viernes le tocó el turno al MOMA y al MET, otra vez al central Park, otra vez a la 5ta y...
una última vez a Columbia. Y sí, cualquier excusa es buena para volver.

Le pedí prestada la bici para ir a recorrer y me la cedió sin problema. Ahora, cosas que me pasan a mi e ir hasta allá con la idea fija de terminar mi última tarde de la ciudad recorriendo en bicicleta pero terminar tomando un fecha y charlando durante 4hs.
Dejá vú. Me volvió a pasar. Él tipo divertido charlando y haciendo un recreíto después de mi horas de estudio pero ¿y yo? ¿Última tarde en la gran manzana y se la dedicó a un café y a una caja de havannets que yo misma le llevé a Mr. Perfect de regalo? Y Sí. Feliz de la vida. El manual de la turista perfecta otra vez derechito a la basura. La lista de deber hacer arrugada en la camperota prestada que me acompañó los siete días. Llegaba el momento de definir el programa de la noche final y yo no podía parar de insistirle para que me llevara a Brooklyn. Mr. Perfect conocía bares con mucha onda para recorrer y me parecía la mejor manera de despedirme de la ciudad. -“Solo si se suma mi primo”- me dijo. Obviamente ir los dos solos no era opción. El muchacho se portaba bien. La consigna era simple así que, teléfono en mano, organicé para que el amigo de mi primo y Joey O. nos encontraran ahí. Todo el viaje en subway para nosotros dos.
Yo feliz.
Igual, tanta felicidad al pedo. Quiero decir, era más de lo mismo. Es verdad que la noche fue genial y está en el top 5 de mi semana en NY pero no porque fuera merito de Mr. Perfect. Brooklyn me voló la cabeza y el bar que elegimos (Union Hall) era una locura: libros, sillones, buena barra y abajo tocaba una banda excelente. Nos copamos bailando, tomamos alcohol hasta terminar borrachísimos y hasta jugamos por primera vez en la vida a un partido de bochas (aunque suene insólito había una cancha para jugar!)
La historia hubiera sido excelente si esa noche la tensión llegaba a niveles colosales y terminábamos mandando todo el "deber ser" a la basura. Descontrol, calor y gran dosis de alcohol en sangre pueden llevar a que yo haga desastres, esa es otra de las cosas que sabemos todos. Si acá en Baires pierdo la conciencia hasta terminar rockeando en la cama de mis viejos ¿se imaginan que podría haber sido de mí en ese bar si Mr. Perfect aflojaba? Miedo, solo de pensarlo.
La tragedia es que no hubo ni descontrol, ni excesos, ni calor, ni besos. Bah, ¡mentira! Calor hacia y besos tuve.
Y sí, el autoestima necesita premio consuelo así que cuando el cantante de banda (super sexy vamos a aclarar) se me acercó no dude ni medio minuto en regalarle todo mi cariño. Entre ese newyorker y una minita que se ocupó de decirme que yo tenía el mejor escote que había visto en su vida puedo decir que la noche no fue tan terrible. Tipo 4 de la mañana el grupete partió bajó el liderazgo de Joey O. hacia el cheboli más canchero del meatpacking district. Entramos cual celebrities gracias al talento de mi amiga. Conclusión, no fue tan terrible a pesar de todo.
Ah! Detalle final importante. Siendo las 5 y media de la mañana volvimos al depto del amigo de mi primo y abro el teléfono para usarlo de despertador. Imagínense.
No se les va a ocurrir quien había escrito un mensaje maldito.
El Mengele Original. The One and Only: Sr. X. ¿Pueden creer? el mensaje era 4 letras y un punto: MULA.
Eso solo y nada más.
No fue un te extraño, te quiero, te pienso. Nada. Fue como si se hubiera complotado con el universo y le hubieran avisado que esa noche el ego estaba golpeado asi que era el momento para aparecer y torturarme. Se suponía que a NYC íbamos a viajar juntos: yo iba al crucero y después nos encontrábamos ahí. Pasaron los meses, todo terminó como el traste y yo quedé sola en Manhattan. Y el muy cruel se ocupaba de aparecer y hacerme acordar de semejante drama.

¡Basta! Cambio de actitud urgente. Rápido Claricienta salí de ese lugar. ¡¡¡Correte de ahí!!! Huí porqué es nocivo!!
NYC fue explosiva y el viento me despeino tanto que alguna idea tuvo que sacudir. No habrá sido un hombre el que me conquistó pero sin dudas yo viví una historia de amor. Me enamoré de la ciudad y vibré con sus calles y sus luces. ¿Qué más puedo pedirle a la vida? Amigos, buenas salidas, museos, arte, edificios gigantes, carteles, teatros, bares, clases, universidad, parques, ardillas, etc. Fue genial. Nada más para agregar.
El sábado me desperté con la energía renovada. Me despedía, es verdad, pero segura de que iba a volver en algún momento.
Desayune potente, le dije adiós al amigo de mi primo y volé a Miami lista para cerrar el viaje con un fin de semanas de amigas. Estábamos en una casa en Key Biscayne y éramos cinco amigas intimas. ¡¡¡¡Un divague total!!! Chusmeamos hasta cansarnos y después de hacer las compras y enchularnos un poco nos preparamos para descontrolar la noche de Miami. Boliche cheronca y mesa con alcohol libre toda la noche. Una verdadera fiesta, sin lugar a dudas. Mi último día consistió en playa, shopping y una pequeña dosis de resaca pero nada difícil de tolerar cuando la dicha es tanta.

Me despedí de Estados Unidos con una mezcla de sensaciones.
Por un lado, tristísima de tener que dejar a las chicas, dejar el ocio, dejar el relaje y el disfrute.
Por el otro, una alegría inmensa por que la vida no se cansa de ser generosa conmigo.

Tengo muchas pilas para lo que se viene: ya sé cuál es mi próximo proyecto. Sin lugar a dudas tengo que volver a encontrarme con mi amante [la ciudad].
Mi lado cosmopolíta me lo implora y es muy feito decirle que no

3 comentarios:

  1. noooo. NY no!! Londres, Clari... Londreeeeeeeeees!

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  2. Ya llegara London Candyyy!!!
    Mientras tanto, pienso una y otra vez en convertirme en @claricienta

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