Cosas que me pasaron un día de esta semana...

Empecé el día con un susto: me sonaba el teléfono. Me había quedado dormida y por suerte mi compañerita de trabajo me estaba avisando que pasaba a buscarme. De suerte. Pero digamos que la mañana empezó a los tumbazos.

Atendí un rato la mesa de entradas y me dí cuenta que desde hace quince días recibo contestaciones de demanda y en la copia que se lleva la parte yo nunca puse un sellito que, obviamente, era re importante que pusiera. Ok. Malisimo.

Aun cuando hoy tenía el pelo espantosamente sucio después de dos días de no ducharme y no lavarme el flequillo (les pido que hagan el esfuerzo y se imaginen la desgracia de un fleco engrasado) mi compañerito de trabajo-por-el-que-muero-de-amor me dijo dos o tres veces seguidas que hoy estaba muy linda. Lo que significa que el engrasado está de moda otra vez o que ni me mira y solo quiso hacer un comentario lindo como buen compañero que es. Lamento tener que admitir que probablemente el pelo sucio no se imponga, así que aceptamos la segunda hipótesis…Después el muy turro jodió con que me quería dar. Obvio que es en joda porque sabemos que en la práctica me tira menos onda que mi mamá atendiendo a un telemarketer. Pero bue. Por lo menos soy motivo de charla un rato.

Recibí la primer factura a mi nombre de mi departamento. Señoras y Señores, 35 pesos de luz.

Hoy arregle mi primer plato roto usando la gotita. Me sentí Mc. Giver. Creo que quedo relativamente bien así que, un orgullo.


Fui a buscar las lamparitas bajo consumo que compre en una super-mega-oferta de groupon. Había que retirarlas en un local de microcentro.. Ok. Mala idea. Una hora y media de fila por ahorrarme fucking 70 pesos. Maldita austeridad consumista.

Finalmente, llegue al departamento a las nueve de la noche. Mi roomate estaba asi que comimos juntas. Ella: milanesitas de zanahoria y agua. Yo: empanadas y coca cola. Claramente esto de vivir sola es sinónimo de incoporar carbohidratos solo para algunas personas porque otras pueden pensar en alternativas a la masa y los fritos. Yo no pertenezco a este último grupo. Yo me quedé feliz con mi comida calorica. Las cosas como son!


Ay Dios.. estoy agotada. Y recién empezó marzo!!!